El camino de vuelta a mi misma: un poco de mi historia de vida

Nací el 20 de mayo en una familia muy linda, con mi papá, mi mamá y una familia extendida que me esperaba, fui la nieta mayor en ambas casas y por lo tanto una niña muy amada. Mi papá un hombre trabajador, muy en su rol de proveedor y mi mamá siempre en la casa conmigo y luego con Cami, mi hermana que nace 3 años más tarde.

Tuve una infancia feliz, era una niña histriónica que le encantaba cantar, bailar, disfrazarse, hacer obras de teatro, en fin. A los 8 años mi mamá se enferma por primera vez y yo recuerdo, con mis pensamientos de niña, que estaba enloqueciendo: tenía unas fiebres tan altas que la ponían a delirar, me pedía cosas que luego se le olvidaban y se volvía hasta un poco violenta, todo debido a su enfermedad. 

Por esos días, mi mamá ingresó a la clínica y quedó ciega en una silla de ruedas. No tengo muchos recuerdos de esa época pero sí fue una época muy dura para toda la familia, en especial para mi papá… Este fue el primer momento difícil de mi vida donde pude ver que ya no era una niña y que la vida también venía con muchos tonos oscuros que podrían ser muy dolorosos. Vimos a mi mamá luchar con todas sus fuerzas y poco a poco ganó la fuerza para volverse a levantar. Mi mamá es una mujer muy resiliente y de ella he aprendido esa capacidad de lucha, de amor por la vida y de no rendirme nunca así la vida me las ponga difíciles.

Luego, cuando ya estaba finalizando el colegio, mi mamá vuelve a recaer. Viajó a los Estados Unidos buscando respuestas y le diagnosticaron una esclerosis múltiple. Desde ese día  su cuerpo comenzó poco a poco a perder fuerza, hasta quedar nuevamente en una silla de ruedas. Este camino al lado de ella me ha enseñado muchísimas cosas: la fragilidad de la vida cuando se ponía mal pero al mismo tiempo la fuerza al verla siempre, como el ave fénix, regresar con más fuerza y con más ganas..

Mi mamá me ha enseñado la aceptación, lo único que podemos hacer con lo que no podemos cambiar es aceptarlo y es allí donde empieza la verdadera transformación de cómo vemos y enfrentamos las situaciones. Yo le decía: 

“Mamá, esto es lo que hay y lo podemos vivir muy amargadas y todos los días preguntándonos por qué nosotros; o para adelante, disfrutando que nos tenemos y que hay cosas que aun con las limitaciones podemos hacer”

Con ella aprendí a sostener, a dejarme tocar por el dolor, la vulnerabilidad y ver como el amor verdadero es capaz de todo.

Entré a la universidad a ciegas, no tenía ni idea lo que quería hacer con mi vida. Lo que más me llamaba la atención era la psicología pero esta idea era muy aceptada en mi familia. Me decían: “No puede uno con los problemas de uno va a poder con los de los otros”, entonces elegí Administración de empresas ya que con esta carrera podría ayudar a los negocios de mi familia. Pero me sentía como viviendo una vida ajena. No niego que disfruté la universidad por los amigos y creo que aprendí muchas cosas que hoy aplico en mi día a día. Pero si pudiera devolver el tiempo, esta no sería la carrera que escogería para mí. Pero allí tenía que estar porque fue donde conocí al papá de mis hijos, con quien viví momentos muy hermosos y procesos intensos y con él la llegada de los grandes amores de mi vida, mis hijos Jerónimo y Martín.

Después del nacimiento de Martín tuve un sangrado muy fuerte, me tuvieron que volver a operar y desde allí una depresión postparto, una etapa muy difícil de aceptar y de entender y en la que me tocó reconstruirme desde adentro.  Siento que mis hijos llegaron a moverme el piso, a salir de mi zona de confort, a reconectar con ese propósito mayor que tenía en esta encarnación; siento que ellos me ayudaron a renacer, a ser una persona más consciente, sensible y auténtica. Esa autenticidad que había perdido por años y que había dejado en la época de mi niñez. Siento que con este suceso algo dentro de mi despertó, toque fondo pero también toque mi alma y entre en un camino donde buscaba respuestas no afuera sino dentro de mí y así fue como comenzó mi despertar espiritual.

Luego de la depresión, empecé a tener síncopes o desmayos como si quisiera huir de la realidad que estaba viviendo. Además que era una persona que me exigía mucho, quería ser perfecta en todos los roles de mi vida y me desgastaba demasiado, tanto que me olvidaba de mi misma y comencé a enfermar. En este momento mi médico me recomendó el yoga y con el yoga este viaje hacia mí misma.

El camino de reencontrarme conmigo misma 

Empecé a estudiar yoga, luego vino el mindfulness, la astrología, el reiki, la energía cuántica y poco a poco fui conectando conmigo, con mi cuerpo, con mi voz interna, con lo que realmente me daba sentido… Este no ha sido un camino lineal, más bien ha sido un proceso de recordar quién soy debajo de mis  miedos, máscaras y ‘deberías’.

En el 2018 nació Casa ananda, un sueño que se convirtió en realidad. Era una casa que no solo fue refugio para muchas personas, sino también una gran maestra para mí. Allí ofrecí espacio para el silencio, el movimiento, la meditación y el encuentro auténtico. Este lugar me enseñó el servicio, el sostén y los ciclos porque, como todo, también tuvo su final en mayo de 2025. 

En este camino de exploración nacieron mis terapias, mi libro Soy ahora y la mentoría completa, un libro nace desde el corazón y desde mi experiencia de vida y de todos los procesos que he vivido yo personalmente y con mis consultantes en terapia. Este libro recoge mi historia, mis quiebres, mis despertares y quiere ser un faro para quienes están atravesando sus propios procesos. Es un libro para acompañar.

Todo lo que he vivido mi infancia feliz, la enfermedad de mi mamá, mi divorcio, la maternidad, la depresión, el despertar espiritual, Casa Ananda y la escritura; ha sido parte de un tejido que me sostiene, de esa búsqueda de la luz y de integrar mi sombra. 

Solo puedo decir que quiero seguir reconociendo, encontrándome y viviendo de la manera más auténtica posible por que es mi camino y gracias a este hoy quiero seguir acompañando a esos hombres y mujeres en procesos de transformación.

Si quieres comenzar el viaje de vuelta a ti mismo, te invito a agenda una cita:

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